Cómo coach he aprendido que el primer paso hacia la transformación, siempre es la conciencia. Es decir, saber dónde estás parada en este momento, cuál es tu realidad, antes de decidir hacia dónde quieres ir.
Y aunque esto puede ser verdad en términos del sistemas, mucho antes de pensar en autoevaluar nuestras circunstancias, hay un primer paso crucial que todas debemos dar, para activar cualquier cambio en nosotras mismas y en nuestra realidad.
¿Cuál es este primer paso hacia la transformación?
¡La decisión!
Suena lógico ¿verdad?
La realidad es que a veces no es tan sencillo como parece. Tomar la decisión de cambiar algo en nosotras mismas que no está funcionando, es un acto de valor que trae consigo miedos, dudas y resistencia. Atrevernos a soltar el dolor, el victimismo y cualquier cosa, persona o circunstancia que esté contribuyendo a ese dolor no es tarea menor.
Estamos tan acostumbradas a nuestra realidad que la mente y el cuerpo se aferran a lo conocido y aunque sabemos que nos está causando sufrimiento, es más fácil quedarse ahí que afrontar.
La decisión de transformarnos no puede ser una decisión a medias, tampoco una conveniencia o una intención soltada al aire en momentos en que nos sentimos mal.
Una decisión que nos cambia la vida, nace de la convicción firme de que hemos “tocado fondo”, de que la situación en la que estamos ya no es sostenible y debemos, con todo nuestro ser, comprometernos a liberarnos del sufrimiento y a cambiar nuestra realidad.
¿Cómo se logra?
¡Estando completamente convencida!
Haciendo un compromiso no-negociable contigo misma de, quizás por primera vez en tu vida, ponerte en primer lugar. De elegirte a ti misma por encima de personas, relaciones o circunstancias y de tener la determinación de dar el primer paso.
Cualquier cambio a tu realidad exterior, primero comienza con una transformación interior. Esto no significa que tengas que cambiar la esencia de quién eres, tú eres perfecta y maravillosa aquí y ahora. Lo que tienes que cambiar son las historias, las creencias y todo lo que te impida ver esa perfección.
¡Ese es el compromiso que tienes que hacer! Ni más, ni menos.
Maneras de comenzar una transformación interior hay muchas, pero si no tomas esta decisión de forma firme, te aseguro que solo encontrarás excusas y procrastinación.
El camino del crecimiento personal no es fácil, ni rápido -cualquiera que te venda otra idea te está mintiendo-. Habrá altas y bajas y en este recorrido encontrarás miedos y mucha resistencia. La convicción de que hay algo más en esta vida que solo sufrimiento y la decisión sostenida de comprometerte a alcanzarlo, es lo que te va a dar el impulso necesario cuando te preguntes si vale la pena.
¿Vale la pena este compromiso?
¿Vale la pena ser feliz?
¿Vale la pena tener la relación que tanto deseas?
¿Vale la pena disfrutar de una vida plena y en paz?
Yo creo que vale mucho la pena, pero lo importante es lo que creas tú ¿Estás lista para hacer este compromiso contigo misma?
Si quieres leer más sobre miedos y resistencia al cambio, te comparto esta entrada del blog:
Cómo Superar La Resistencia Al Cambio
Con amor,
Itzel
Tú Cambias, Tu Mundo Cambia
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