Todas en algún momento de nuestras vidas, hemos estado en alguna relación en la que nos sentimos “atrapadas”. Tal vez sea que la interacción con nuestra pareja no es tan amorosa o satisfactoria como deseamos o que, simplemente, no somos felices. Sin embrago, por alguna razón que no llegamos entender, a pesar de saber que no estamos bien ahí no logramos irnos, e incluso, comenzamos a cuestionarnos si lo que sentimos en verdad es amor o dependencia emocional.
¿Qué es la dependencia emocional?
Según el diccionario:
“La dependencia es una relación en la que una parte necesita o confía en otra para satisfacer sus necesidades o lograr sus objetivos. Puede manifestarse de muchas maneras, incluyendo la dependencia física, emocional, financiera o psicológica”.
En otras palabras, tratándose específicamente de una relación, dependencia significa que no eres capaz de ser, si no es acompañada de la otra persona.
Que necesitas que tu pareja complete alguno de tus aspectos, porque no sabes darte a ti misma lo que necesitas para crecer, florecer y ser feliz.
¿Cómo saber si es amor o dependencia?
Cada relación es diferente. A veces dentro de una pareja existen dinámicas, que a pesar de no ser las más saludables en términos generales, funcionan bien para los dos miembros y los hacen felices.
Es por esta razón, que determinar si lo tuyo es amor o dependencia emocional, es un trabajo que solo te corresponde a ti.
Y el primer paso, es una autoevaluación consciente de ti misma y de tu relación.
¿Alguna vez te has hecho preguntas como…?
¿De verdad estoy enamorada?
¿Por qué duele tanto?
¿Por qué no puedo irme si me está lastimando?
Este tipo de preguntas son un claro ejemplo de que no te sientes realizada en esa relación… y sin embrago decides quedarte.
¿Por qué?
Causas de la dependencia emocional
Igual que con la mayoría de las dinámicas “disfuncionales” en una relación, la dependencia emocional tiene poco que ver con nuestra pareja y mucho que ver con nosotras mismas.
Esto no quiere decir que nuestro compañero no contribuya a que se creen interacciones poco saludables, pero nosotras, y nuestras propias heridas, son las que establecen la pauta de cómo nos relacionamos y lo que permitimos y no permitimos dentro de la dinámica de pareja.
Algunas de las causas más comunes de la dependencia emocional son:
1.Miedos
Miedo a quedarte sola, al abandono, a lo desconocido y, en general, a cualquier precursor que reviva heridas causadas por una carencia afectiva durante tu infancia o alguna relación anterior.
2. Baja autoestima
No sentirte valiosa, capaz o suficiente para afrontar la vida y cubrir tus propia necesidades. También, creer que no mereces ser amada y disfrutar de cosas buenas y bonitas.
Esto te lleva a desarrollar sentimientos de inferioridad con respecto a tu pareja y a pensar que “es lo mejor que te ha pasado en la vida” y que “no puedes vivir sin él”, a pesar de que no es así.
3. Presiones externas
Expectativas sociales de cómo deberías vivir tu vida o cuáles deberían ser tus prioridades, te pueden orillar a quedarte con una pareja y aferrarte a ella, a pesar de no ser feliz.
Tal vez sientas que “ya estás grande y se te va el tren” o que tienes que empezar a pensar en tener hijos y no puedes dejar pasar esta oportunidad.
Sea cual sea la causa, lo verdaderamente importante es tener la apertura para hacer una evaluación honesta de ti misma y de tu relación.
¿Eres feliz ahí? y si no… ¿Qué es lo que te está deteniendo?
3 Pautas Para Saber Si Es Amor O Dependencia Emocional
Para ayudarte en esta reflexión profunda, te comparto 3 pautas que puedes tomar en consideración
1. Necesidad en lugar de amor.
Una relación no puede estar nunca cimentada en la “necesidad”, el amor debe ser libre e independiente. Tu pareja no debe estar ahí para completarte en ningún aspecto de tu vida, sino para acompañarte y apoyarte a ser lo que tú quieras ser, no solo lo que “se te permita” ser o “para lo que te alcance” ¿Ves la diferencia?
2. Contracción en lugar de expansión
El amor no contrae, al contrario, expande. Si en esa relación te sientes pequeña, falta de valía, no merecedora, seguramente no estás ahí por amor, porque no hay tal amor.
Todas experimentamos emociones “negativas” de vez en cuando. Sentirte triste, enojada o decaída es parte de la experiencia como ser humano. Pero cuando tu relación te hace sentir así la mayoría del tiempo, entonces, claramente, no está contribuyendo a tu felicidad ni a tu crecimiento. Los continuos conflictos de pareja y la insatisfacción, son un pesado lastre que no te deja realizarte ni brillar como estás destinada a hacerlo.
3. Dolor en lugar de amor
El amor no lastima ¡Nunca! No se llora por amor, ni se sufre por amor, como aprendemos desde pequeñas. Amor y sufrimiento NUNCA van juntos. La gente sufre, por el dolor que le causa que el amor que siente, no sea como ellos quisieran. La relación no cumple las expectativas que tenemos de ella y eso causa sufrimiento, por eso creemos que la gente “sufre por amor”… ¡No es así!
Debemos dejar de romantizar el dolor dentro de nuestras relaciones. La historia de Romeo y Julieta no es más que un drama disfrazado de historia de amor, y esa idea equivocada es la culpable de que muchas veces normalicemos conductas y situaciones que no debemos tolerar.
Espero que todas estas consideraciones despierten en ti el deseo de reflexionar sobre tu dinámica de pareja y lo que significa para ti. Esto no quiere decir que tengas que terminarla de un día para el otro, pero con la claridad necesaria, puedes empezar a hacer los ajustes y las modificaciones necesarias hacia una relación más saludable, consciente y amorosa.
Con amor,
Itzel
Tú Cambias, Tu Mundo Cambia
