Amar no es algo que se aprende, sino algo que se siente. Sin embargo, cada ser humano, tenemos formas diferentes de experimentar nuestras emociones. Cuando se trata del amor, todos tenemos preferencias y gustos individuales para dar y recibir.
Un error común entre las parejas, es querer expresarle amor a nuestro compañero, pero de la forma en que a nosotras nos gusta recibirlo, no desde la manera que le gusta a él.
Esto, muchas veces ocasiona frustración, ya que, a pesar de todo lo que damos, la otra persona no parece comprenderlo.
Aprender a amar
Te pongo un ejemplo muy sencillo; hay personas para las que cocinar es un gran acto de amor. Porque desde pequeños, aprendieron que a través de la comida, mamá y papá nos nutrían y se preocupaban por nosotros. Además, como parte de nuestra cultura mexicana, en muchas familias la unión y el amor gira al rededor de la cocina y las reuniones familiares.
Para otras personas en cambio, cocinar y comer es solo un acto de nutrir nuestro cuerpo y aunque, evidentemente, existe un componente de gozo y satisfacción, no necesariamente es interpretado como un acto de alta carga emocional.
Imagina ahora que estas dos personas forman una pareja. La primera persona se esmera en cocinar y expresa su amor a través de la comida. La segunda persona agradece y disfruta, pero no lo interpreta de la misma manera.
La primera persona se siente frustrada, porque su pareja no reacciona a su acto de amor, con el reconocimiento que ella -o él- quisiera.
“Te cocino todo los días y no parece importarte”
“¡Te agradezco por cocinar para mí, pero lo que más me gusta es que me digas buenas noches y que me des un beso antes de dormir!”
Estas dos personas, evidentemente se aman, pero desde su propia perspectiva. Nunca se han tomado el tiempo, para investigar y comprender, la forma en que a la otra persona le gusta y necesita ser amada.
¡Esa es la parte del amor, que sí se puede aprender!
Conociendo a tu pareja
¿Y cómo aprendo lo que le gusta y no le gusta a mi pareja?
Observar y prestar atención es, evidentemente, un gran punto de partida. Sin embargo, corres el riesgo de que tu interpretación esté influenciada por tus propios gustos y necesidades: “Seguro a él le gusta esto, porque a mí también me gusta”.
Esto sucede especialmente entre las parejas, en dónde hay una energía masculina y una energía femenina preponderantes. El femenino tiene la necesidad de recibir amor, a través de la intimidad y la conexión. Mientras que para el masculino, el amor se interpreta como apoyo, apreciación y valor. Es decir, para una energía masculina, lo más importante es sentirse valorado e importante para su pareja, mientras que la energía femenina prefiere la unión y la vulnerabilidad.
Las necesidades afectivas de tu pareja
La manera ideal de conocer lo que tu compañero necesita para sentirse amado, es simplemente… ¡Preguntar!
Así es, la comunicación abierta en una pareja, es una de las claves para una relación duradera y saludable. Esto no sólo se limita a las conversaciones cotidianas. Para que una pareja funcione, ambos miembros deben sentirse cómodos para hablar de sus sentimientos y emociones libremente.
Por lo menos, en un mundo ideal, así debería de ser. Sin embargo, en la realidad de la vida, no siempre es fácil hablar sobre estos temas con nuestra pareja, ya que hay personas a las que les cuesta mucho más trabajo abrirse a compartir sus emociones.
Por eso, te dejo aquí 3 preguntas muy sencillas que puedes hacerle a tu compañero, para tener una mejor idea de cuáles son sus necesidades afectivas, desde una perspectiva de energía masculina y sin necesidad de comenzar una conversación de “esas incómodas”:
¿Qué es algo que te hace sentir apreciado y valorado en nuestra relación?
¿Hay alguna actividad o momento en particular, que te haga sentir más conectado conmigo?
¿Cómo prefieres que te demuestre mi apoyo en momentos difíciles o de estrés?
Amar es un acto del corazón. Aprender a expresarle ese amor a tu pareja, a través de la satisfacción de sus gustos y necesidades particulares, es un acto de voluntad y aprendizaje.
Este pequeño acto, puede hacer toda la diferencia en la manera en que tú y tu pareja se sienten amados y apreciados dentro de la relación.
¡Vale la pena tomarse el tiempo, para aprender a amar!
Con amor,
Itzel
“Tú Cambias, Tu Mundo Cambia”